Cuando representamos a través de la imagen o sus variables gráficas, estamos replanteando un ejercicio que nuestra mente hace inconscientemente cada día y es la base de lo que debemos diseñar ¿a qué nos refieren las imágenes y cómo las contextualizamos?
Los íconos, a diferencia de los símbolos establecen una conexión material mucho más fuerte con la realidad visual, pues deben representar en ellos su consistencia y reconocimiento cultural. Son manifestaciones y concepciones de representación comunes, donde influyen muchas variables a la hora de conceptualizar su significado; desde los recuerdos que cada persona tenga hasta el proceso que se relaciona con una imagen básica o universal, por ejemplo: al oír la palabra “cruz”, uno de inmediato se imagina dos líneas perpendiculares o simplemente las letras que conforman la palabra cruz, todo esto depende del receptor y su relación cultural con el objeto.
La imagen iconográfica (analógica) permite al ser humano apropiarse de la realidad circundante por medio de la observación y reconocimiento cultural estableciendo un puente entre lo que vemos y lo que constituye nuestro pensamiento en sociedad, existe una configuración simbólica con el uso que le damos al objeto y lo que comunica, pudiendo sustituir o traducir una realidad.
Desde lo simbólico
Podemos identificar algunas formas de observar el icono dependiendo de sus referencias simbólicas, relacionando algunos puntos:
- La imagen visual a la que nos remite.
- Su representación cultural, ya sea por medio de concepciones lingüísticas como símbolo pre-lógico (imagen mental).
- La definiciones semánticas – conceptuales.
- Lo connotativo y denotativo.
- Los valores de la imagen (histórica y posición social).
- La función de la imagen (simbólica, epistémica, estética).
- Sus grados de iconicidad, significación y representación.
- La “aprehensión” del símbolo llevado al icono, la posesión del significado en los paradigmas culturales.
Desde lo gráfico
Es importante para el diseñador identificar la “esencia”, lo que compone al icono para complementarlo con los conceptos modeladores del diseño, como la forma, su estética, el equilibrio, color, etc. Todo esto para comunicar adecuadamente, por ejemplo: si la cruz se quiere hacer con volumen o relieve, uno sabe que debe darle a este contraste tonal, o si se dirige a lo religioso, o al área de la salud identificar qué códigos y señales identifican y difieren una cruz de otra, y eso el receptor lo maneja desde sus primeras relaciones simbólicas en la cultura.
Un factor importante a considerar en la representación del objeto, es la adaptación residual de las tendencias y reconfiguraciones visuales, la posición generacional y las inferencias espitemológicas que circundan su significado, ellas influyen en la construcción efectiva de valores y función iconográficas.
Hacia lo digital
Con el uso de nuevas tecnologías, la concepción icónica se ha manifestado diferente a lo que habíamos estudiado en la universidad, hoy podemos hablar de la comunicación más allá del símbolo, actuando como metalenguajes que conjugan muchos referentes y significaciones, construyendo y modelando nuevas maneras de representar el ícono, llevándonos al pensamiento visual y a lo virtual como constructor de realidades dinámicas hacia la lingüística cognitiva.
Metalenguajes y representación
Cuando el objeto deja de ser lo que es, se convierte en una adaptación dinámica de lo real, extrapolando el símbolo hacia lo significante, diferenciando el pensamiento visual desde los paradigmas hacia la realidad virtual.
La llegada de los metalenguajes digitales nos llevan a extrapolar la dimensión del ícono y reformular su estado material, centrándonos en el pensamiento y la percepción, aplicando la imagen real al nivel de relación significativa de sus referentes con el medio digital por el uso de las nuevas tecnologías de información.
La construcción de un ícono es un proceso histórico, que debe complementarse a la inserción y adaptación del medio social en el que está, que va modificando su interrelación y lugar que ocupa en la función de la imagen.
Las representaciones culturales que impregnan de sentido las cosas, configuran la esencia simbólica en variables gráficas que constituyen el referente cultural de los íconos, formando parte de nuestra vida diaria y son la manera de simplificar el pensamiento abstracto; modelan y cambian, sustituyen un paradigma y lo llevan a su representación material y adquieren una carga social histórica.
Las adaptaciones residuales operan desde la mutabilidad del contexto icónico hasta la realidad modeladora, guían y completan la imagen visual cargándola de sentido y aprehensión social.
Abraham Moles en su escala de iconicidad intenta establecer una tipología que me parece que apunta en la dirección que señalas, lo que se podría describir como la gradualidad de recursos que una imagen requiere para lograr su vínculo con un significado compartido. Esto me recuerda ese viejo ensayo de Barthes en que reafirma el modo en que texto e imagen «anclan» un sentido cuando son articulados. Las imágenes, como toda construcción cultural, evolucionan y es casi imposible mantener su significado estático en el tiempo o de grupo en grupo, a menos -claro- que haya un ejercicio paralelo de difusión del sentido que se desea instalar. Hollywood y CocaCola son poderosos ejemplos de como las imágenes se convierten en vehículos de narrativas gracias al uso masivo de los medios. Aunque el significado también es un asunto de poder… como dijo Lewis Carroll en Alicia: «–La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo»
Me parece acertado los metalenguajes gráficos del mercado actual, y es interesante jugar con esto, sin embargo las organizaciones algunas veces se tardan en acceder a estos nuevos campos visuales, por esto mismo muchos creativos deciden mantener cierta plástica de los objetos y respetar el lenguaje corporativo que se ha ido cultivando en prácticamente todos los mercados
saludos, Julio
Hola,
Gracias por tu comentario,
Lo difícil seria jugar con la FORMA sin dejar de comunicar el concepto de la imagen que es ya reconocida culturalmente (ejemplo la imagen de RSS), así mismo respetar sin deformar el símbolo propio que se creo como isótopo.
Los demás diferenciadores si se definieron así.
Un abrazo
Julio
Julio,
Creo que al desarrollo iconográfico del sitio que me enviaste le falta innovación, si bien se utilizaron símbolos transversales y reconocibles en el área digital, quizás la abstracción de la imagen y la forma de revelarlo gráficamente no es la más pregnante. La evolución del ícono se puede orientar a «diferenciar» los símbolos permanentes jugando con el color, la forma, la plástica y el tamaño para diferenciar tu sitio de otro sin dejar de comunicar ni perder la semántica de la imagen.
Espero que mis comentarios te ayuden,
¡saludos!
Carolina.
Excelente
Fijate en este desarrollo iconografico
http://www.3dempresarial.co/cotizaciononline/
Espero tus comentarios
Saludos Cordiales
Julio
Buena entrada.
Me gusta como escribes,
veo que te apasiona el tema de la comunicación
lo que me parece excelente.
;)