Muchos descubrimientos, pensamientos e inventos han cambiado la historia y su curso; ideologías, avances tecnológicos, perspectivas que tenemos sobre el mundo en un tiempo determinado, e incluso, conocimientos acerca de nuestras capacidades y limitaciones como seres humanos. Forjamos una cosmovisión o estructura de mundo acerca de la realidad y su entorno basado en valoraciones y principios dentro de las diferentes culturas.
Todo lo que nos rodea es producto de un sinfín de factores biológicos, físicos, químicos, ideológicos, sociales, y tanto más, que va formando y tejiendo una matriz de conocimientos, experiencias y consecuencias en la vida y en las relaciones humanas. Hace quince o veinte años atrás, jamás habríamos imaginado que estaríamos conectados a un computador la mayor parte del día, que podríamos ver en directo conferencias dictadas a miles de kilómetros o que con una herramienta virtual, podrías juntar a tus conocidos y saber todo de ellos, sin necesidad de verlos o hablar con ellos. ¿Habríamos imaginado que con un solo clic podríamos ver nuestra casa o la de cualquiera en el mundo en unos segundos?
La tecnología y la ciencia avanzan muy rápido, tanto que a veces no alcanzamos a asimilar una idea, cuando ya nos invade otra. Esto tiene repercusiones, no sólo en la calidad de vida y las relaciones humanas, sino también en el entendimiento del mundo, las razones y el valor de la vida. ¿Para qué desentrañar los misterios de la vida, los orígenes y sus matices?
La ciencia hoy se encuentra en una etapa de exploración, de apertura a nuevas visiones y perspectivas para comprender el mundo, por encontrar el origen de la vida. Los cuestionamientos que surgen al respecto, han sido en parte, gracias a las diferentes evidencias que han aparecido a través de los años, y que, gracias a los avances tecnológicos han podido ser percibidas. Antes de la existencia de un microscopio, sólo podíamos imaginarnos la existencia de partículas que constituían los elementos y su funcionamiento, pero cuando pudimos “verlo” se nos abrió un mundo de interrogantes y de admiración, nuestra curiosidad empezó a abrir paso a muchas preguntas, a misterios que antes se atribuían a divinidades y que hoy, podemos comprobar, investigar e –incluso- manipular, estemos o no de acuerdo.
A medida que avanzamos en estos ámbitos, descubrimos cosas nuevas y nos damos cuenta lo mucho que tenemos que aprender de la naturaleza y la perfección de la vida. De lo pequeño, pasamos a lo infinito, la cosmología, las leyes físicas, la energía que nos mueve y que interactúa con todo, el universo y el movimiento. El cómo al unir dos elementos químicos, se forma otro totalmente distinto e individual. O querer destruir una partícula para comprobar la existencia de otra, y encontrarnos con nuevas interacciones que jamás habríamos imaginado. Todo esto pasa hoy a nuestro alrededor y, si bien no podemos llegar a comprenderlo todo o estar de acuerdo con la intención de estos experimentos, es una realidad y las implicancias nos afectan de una u otra manera.
A pesar de lo mucho que aprendamos, las concepciones y las creencias están arraigadas a suposiciones, percepciones que delimitan nuestra visión y -muchas veces- es imposible derribar estos marcos de entendimiento porque la ciencia y sus implicancias son complejas de entender para las personas que no hemos recibido formación científica. Mi intención es eexplicar y dar forma a algunos fenómenos científicos, filosóficos y sociológicos que forjan la experiencia humana, visto desde una perspectiva comunicacional y, sobre todo, hacia las implicancias que tienen para las comunidades sociales y la naturaleza.
¡Muchas gracias!
Maravillarse con la experimentación y el conocimiento, es una de las cosas que más valoro de la curiosidad. Quiero llegar a algo, pero sinceramente, el camino es lo más interesante.
¡Un abrazo!
“El orden que imagina nuestra mente -nuestras teorías- es como una escalera, que se utiliza para llegar hasta algo. Pero después hay que arrojar la escalera, porque se descubre que, aunque haya servido, carecía de sentido.”
(U. Eco, El nombre de la rosa)
No dejo de quedar anonadado por esta iniciativa, muy interesante blog.
¡Muchas gracias!
Sí, conozco a aletropea! es un crá, su blog es uno de mis favoritos :D
¡Muchas gracias estimado! :)
Excelente artículo, Caro… Y sabiendo que también te gusta el humor ¿conoces el blog de humor gráfico -y científico- de Alejandro Tropea? Me gusta mucho y está en http://lacienciaconhumor.blogspot.com